El tontiloco engominado, palillero del Botánico, hace cagar; pero esto es lo que pienso del bellaco que intentó intimidar a mi editor por publicarme Pío Baroja, a escena para que no lo hiciera… Ese trabajo, de muchos años, aparecerá en unos meses, una vez pase esta galerna vírica. Es para mí un descanso, aunque haya otro ensayo a la espera, Otoñal y barojiana, en otro editor. No me espero nada bueno, al revés, sé que la camorra está sólidamente armada entre una patulea de estómagos agradecidos y tramposos de casta y alcurnia.