Long time passing…

No tengo ahora mismo a mano ningún ejemplar de ese libro. Sé que es de 1987 y sé que le llamé a Txema Aranaz, de Pamiela, para proponérselo en la mañana del día de Reyes de ese año. Nos reunimos en Casa Paco, en el Rincón de San Nicolás, y hablamos de esa «exquisitez» bibliográfica, mientras dábamos cuenta de un opíparo almuerzo, entre vahos de cocina invernal y humo de cigarrillos y de farias. Otros tiempos. Long time ago… La cubierta y las ilustraciones del interior las hizo Pedro Salaberri, cuando teníamos amistad. Eran otros tiempos. Las cosas no se habían enconado, como se enconaron luego. Hace muchos años que no nos vemos, muchos; pero no puedo dejarlo fuera de mi novela desordenada porque contó en mi vida durante años, en su estudio de la calle Zapateria, en su casa de la Txantrea en alguna ocasión. Tengo algunos cuadros hermosos. Me hizo varias cubiertas para mis libros, dos ex libris, ilustró el Pamplona del 94… no voy a ser yo quien lo deje fuera de mi memoria.
El título surgió en una cena con Luis Antonio de Villena en un restaurante pijo de Madrid (me importa un carajo si él se acuerda o no). En Mundinovi (Gazeta de pasos perdidos) agavillé muchos de los artículos literarios escritos en años anteriores y publicados en «periódicos del Norte», artículos que me gustaría volver a escribir aunque no sé si podría ni dónde, pero conforman un mapa bastante exacto de mi mundo literario. Otros tiempos… que añoro, sin duda… long time passing… y me lo cuente como me lo cuente, siento que estoy en los amenes de una vida de escritura… Tocan a recuento urgente y lo hacen a rebato… Cada nuevo libro es una incógnita, podré o no podré…

Y ha sido con el repiqueteo del long time passing que he dado con la famosa canción de Pete Seeger, de quien me habló hace más de cincuenta años esa gran persona que es Joaquín Díaz… el tiempo era siniestro o así vivido.
https://youtu.be/JSda7wAIUus

Espuelas para que os quiero

Mi editor, Txema Aranaz, me acaba de enviar esa imagen del libro de poemas que está a punto de distribuirse, Espuelas para qué os quiero… que es algo que me gustaría decir en plan animoso antes de tocarme una botasilla para mi solo y salir a escape, no ya de la época siniestra que estamos viviendo, sino de mi propia vida, asuntos estos muy poéticos y del todo impracticables. A la vista de ese libro me pregunto algo que no me he preguntado nunca: ¿Y si es el último? ¿Por qué no? Por un lado está el azar (de lo que llevamos pruebas sobradas) y por otro las ganas que aunque no lo parezca, no son eternas… las ganas, la edad, la fatiga, la decepción… ¿Tiempo de poesía este? No sé, me lo pregunto desde hace semanas, desde antes de que se declarara una guerra en Europa en la que estamos más involucrados de lo que parece. ¿Huir? ¿Escapar? ¿A dónde? ¿Cómo? Tal vez la mejor forma de picar espuelas y salir a galope tendido sea quedarse quieto, colgarse al cuello el cartel de Ausente y actuar en consecuencia.

Breves del arrabal

En tiempos de borrasca la poética del silencio hecha reclamo publicitario es cosa no solo de capones, sino de cómplices de la infamia que verás figurar en todas las palestras y asaltar por las gateras las instituciones.

Escritores, artistas, objeto de devociones y cultos varios… qué cara más distinta es la pública o social, y esa otra que raras veces se ve o quiere ver: la de la codicia, el arribismo feroz, la farsa, el abuso de terceros en propio beneficio…

Los tiempos de borrasca son tiempos de arrebuche y procurarse la ventaja inmediata sin reparar en medios.

Se las dan de místicos y silenciosos, pero no hay sarao, jaripeo, púlpito, chocolatería de pueblón incluso en el que no hagan ruido, mucho… y hasta le pellizcan (cirris) el culo a la oronda camarera.

Es asombrosa lo enredadora y calculadora que puede llegar a ser la gente con fama de mística, de silenciosa y de llevar una vida retirada: no dan una puntada sin hilo. La doblez en su caso es puro encaje de bolillos.

No viven retirados, sino en un nido de ametralladoras, en un fortín desde el que lanzarse al asalto de instituciones, editoriales, lerdos de pan llevar…