
Hacía tiempo que no escribía tan a gusto (pura y mala retórica porque ha sido un gozo escribir «Emboscaduras y resistencias» que publicará en breve Alberdania), pero he vuelto a las páginas escritas en y desde Valparaíso, y a los días allí vividos con entusiasmo, en un frente doble además. Me curo de ese modo de escribir ahora mismo de Madrid (me doy un respiro), porque la ciudad actual me agobia y enoja (gracias a sus gobernantes y a quienes les apoyan de manera combativa) que de la crónica vital y memorialista, doy sin darme cuenta en el libelo o en libro de combate. Con Valparaíso eso no pasa porque hablo de días que fueron para mí gozosos, lo mismo que las páginas literarias (ajenas) a ellos aparejadas.
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