
Avec le temps va, tout s’en va… El año, turbio, se queda atrás y ya tenemos otro invierno en puertas. Nada de balances, nada. Se ha hecho lo que se ha podido. Sin embargo, es mucho lo que se ha quedado en el tintero. Es mucho, de lo público, que asusta. No puedes adivinar el futuro, pero sospechas que no va a ser amable. Te agarras a lo que puedes: palabras, ruidos, compañía, luces, ficciones… sobrevives, a la edad y a tus negruras.
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Coincido con usted, Miguel, nada de balances y se ha hecho lo que se ha podido. En el pesimismo que dirige la mirada, hay una florecilla que le mantiene a uno vivo y fuerte, sin cesiones a la barbarie, sin endulzarse con la piel de cordero.
Un abrazo
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Un abrazo también para ti, José.
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